Tenía la idea de empezar presentándome. Contar un poco quién soy y lo que hago. Lo típico.
Sinceramente, nada de lo que haya pensado hasta ahora me termina de identificar. Armar algo fancy, no es lo mío. Describirme buscando impactar, me incomoda. De hecho, el estar intentando describirme ahora mismo me hace sentir expuesta. Al final de cuentas, alguien me estará viendo a través de mis palabras. Miedo.
Tal vez sea un bicho raro, pero la pregunta “¿Quién soy?” se me hace compleja de enmarcar en una frase o un párrafo.
Pensándolo un poco, con lo que hoy me identifico es con aquello que siento ganas de hacer. Complejo. Podría decir que soy esa energía que mueve mi cuerpo, mis pensamientos, emociones y lo que sucede a mi alrededor. Trillado. Y acá aparecen las dudas. Podría ser esta una forma de darme a conocer? De cualquier manera, no harán falta muchos detalles de mi realmente.
No soy escritora, pero si las ganas de compartir. No soy terapeuta, pero si las ganas de crear un espacio seguro. No soy influencer, pero si las ganas de acercarme a los demás.
Durante mucho tiempo, me encontré preguntándome si lo que quería hacer era lo que debía hacer, si lo que quería ser era lo que debía ser. Y hoy, sin más preámbulos, acá estoy. Para algunos esto será sólo un espacio colmado de palabras al pasar; otros encontrarán algo que los conmueva, con lo que discrepen o estén de acuerdo. Cualquiera sea la llegada que tenga, la intención es dejar que las ganas encuentren su lugar. Y, quién sabe, tal vez alguien resuene conmigo.
Por cierto, mi nombre es Nati.